Lázaro Guil, regreso al pasado. La fachada de la Catedral de Guadix por Juan Luis TAPIA (1992)


Lázaro Guil, regreso al pasado

La escultora granadina realiza las estatuas para la fachada de la catedral de Guadix

8/Febrero/1992 (Digitalizado: 2025 ©Archivo GUIL)


8 de Febrero de 1992 por Juan Luis TAPIA para IDEAL GRANADA.


La escultora granadina Mariángeles Lázaro Guil es la encargada de realizar las esculturas de la fachada de la catedral de Guadix. Una labor de investigación, de observación, de regreso al pasado barroco desde la síntesis del postmoderno. Ha retomado la antigua tecnología, las herramientas, el cincel y el martillo para chocar más de mil veces con la misma piedra.

Al margen de los encargos, toda una trayectoria personal basada en la experiencia,

«porque en la rendición a la materia, en su observación profunda están las grandes ideas y la felicidad del artista, del creador que maneja todos los materiales».

En esa labor no hay descanso. Prepara el monumento al Cascamorras, una escultura para la Villa Olímpica y otra para la exposición de artistas granadinos. La satisfacción del escultor tiene un tiempo distinto a la de cualquier otro artista. Ella lo sabe.

Marirángeles Lázaro Guil


Un grupo de intelectuales accitanos encabezado por Carlos Asenjo Sedano tuvo la idea de restaurar los santos de la fachada de la catedral de Guadix. Se encontraron en los sótanos de la basílica algunos cuerpos muy deteriorados pero que sirvieron como punto de partida para su construcción. Mariángeles Lázaro Guil es la encargada del proyecto. En total, ocho esculturas, tres de las cuales ya se encuentran en la catedral. Se trata de San Torcuato, San Segundo y San Pedro, que fueron inauguradas el día seis de enero. Para su elaboración Mariángeles contó con la colaboración del taller accitano. Tuvo que sumergirse en el Barroco, en los diseños de la época, en el manejo del mármol a la antigua usanza.

«Me trasladé a antes del Barroco para hacer los santos. Las dificultades dice han sido las de la técnica, pero a mi me ha interesado mucho la labor de investigación. Como escultora responsable de la obra recibo medio millón de pesetas por escultura y cada pieza de mármol cuesta unas cien mil. Lo malo es que ya nadie trabaja el mármol».

Otro de los encargos de los accitanos a esta escultora es el monumento al Cascamorras. La obra se situará ante la muralla árabe de Guadix y consistirá en una fuente redonda, con un prisma alrededor del cual se insertan cuatro huecorrelieves que representan distintos aspectos de la simbología popular accitana. El interior de la escultura que va iluminado provocará el efecto atractivo de los reflejos sobre el agua. A Mariángeles le ha entusiasmado la idea, ya que esa fuente será protagonista de la fiesta del Cascamorras,

<< además dice por el entorno en el que se sitúa y lo popular de la fiesta>>

Lázaro Guil no sólo atiende los encargos si no la endógena necesidad creadora del artista. Auriga con dirección es una obra con mensaje filosófico.

«Está basada en un concepto del postmoderno, de una toma del pasado del arte, dentro de una raíz filosófica griega. La investigación de Platón sugiere un montón de rincones que están en la mente del ser humano a la hora de expresarse. En el caso particular de la escultura como en todo».

Se trata de la lucha mitológica del auriga con el caballo; el caballo negro, la parte negativa y el blanco, la positiva. Es la representación del triunfo del bien sobre el mal.

«La idea asegura Lázaro Guil es anterior al desarrollo de la obra. Lo que más me interesa adaptar el concepto del aprovechamiento de los materiales que han sido abandonados por el ser humano. Los talleres de la Comarca del Mármol tiran el material semielaborado. Todo lo que me voy encontrando, como señal de protesta ante la sociedad de consumo, lo recojo y lo guardo en mi taller. El 'Auriga' está montado en dos rodeles que han sido cortados y el resto es material recuperado».

No sólo regresa al pasado sino que trabaja con las técnicas y principios del presente, las ideas creadoras sobre la piedra.

«Al tratamiento de las piezas se han incorporado las nuevas herramientas de trabajo con las que se pueden hacer cortes de tres o cuatro centímetros de profundidad, cosa que era imposible hace diez años. En esa obra parto de una base impresionista de la escultura que consiste en difuminar los contornos».

El artista necesita de los conceptos y tener las cosas claras.

«Una idea abstracta no puede serla en el momento en que ese artista no está informado, si no tiene las cosas claras. Lo abstracto es algo contaminado», dice María Ángeles.

 


Se encuentra dedicada constantemente a las tareas de investigación:

«Busco nuevas salidas para el arte, para la escultura y defiendo los materiales nobles. No estoy dispuesta a hacer una escultura en cartón».

Frente a esta postura purista se encuentran las horas de estudio y dedicación a su obra.

y «El escultor dice tiene una vida muy dura. Un pintor se satisface así mismo en cuestión de minutos; el escultor necesita mucho tiempo dedicación».

En definitiva esta escultora, que tropieza más de mil veces con la misma piedra, se basa en su experiencia, porque en la rendición a la materia y en su observación en profundidad están las grandes ideas y la felicidad del artista, del creador que maneja todos los materiales».


Artículo escrito por Juan Luis TAPIA (1992)

Transcrito por Rafa Varón García (2025)

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