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(Digitalizado: 2025 ©Archivo GUIL) |
Mª Ángeles Lázaro Guil es una joven pintora que expone una muestra de su evolución artística desde el año 1979 hasta hoy en el salón de El Pósito, con motivo de las fiestas de Santa Fe.
Claridad y equilibrio en su expresión
La primera impresión que se siente al dialogar con ella, es la de ser una persona donde la claridad, sinceridad, espontaneidad y naturalidad se unen en un armónico equilibrio, en su propio calor individual.
El significado de su obra
Antes de ver la exposición, DIARIO DE GRANADA dialogó con Mª Ángeles sin llegar a captar el mensaje de su obra, el porqué de su trabajo, la comunicación que reclaman sus cuadros, el origen y el fin o, mejor dicho, la impermanencia de un trabajo. Sin embargo, es fácil entenderlo viendo su obra.
Cuando Mª Ángeles crea, es porque ha sentido una necesidad interior que se solicita o quizás surge de una vivencia, una experiencia o cualquier fenómeno que le haya llegado a sensibilizar, a romper un equilibrio que anteriormente existía y a formar uno nuevo. Equilibrio que siempre vive en sus obras, conjugando la pureza de color y la estructuración geométrica.
"Si un autor se estanca, no crea."
Su visión sobre el arte
Mª Ángeles dedica una porción de su obra a los paisajes, llenos de vida y movimiento, al contrario de lo que mucha gente piensa. Esta artista no es realista cuando ha de enfrentarse con la naturaleza, la cual entiende como una fuerza superior que puede imponerse por su propio peso. Así, su paisaje no está demasiado acabado; vive y por ello se transforma, cambia.
Por este motivo, sus naturalezas pueden rozar el impresionismo, siempre unido a un realismo más sincero aún en las figuras. La impertinencia de un cuadro, por otro lado, es verdadera aunque no estemos muy certeros de ello.
Cuando un artista realiza una obra, siente la necesidad de comunicarse con la gente, con el mundo, con aquellos que no son él. Pero, una vez expresado el deseo, las ganas de comunicarse ya están satisfechas y la obra queda en el recuerdo. De ahí la impermanencia.
Es esta impermanencia la que lleva a Mª Ángeles Lázaro Guil a un constante ir y venir por los senderos del arte, experimentando técnicas, motivos, sensaciones.
Considera la artista que, cuando un autor se estanca en una técnica o un motivo, no crea. Si el arte nace de la sensibilidad y la vida, no puede dañarle esta parálisis, pues la vida es sucesión, y por tanto la producción debe serlo también. Cuando un autor se inmoviliza, no hace arte sino artesanía, se autoimita, se autocopia, algo contra lo que lucha Mª Ángeles Lázaro Guil en todos sus cuadros.
Su tercera exposición y nuevo enfoque
Actualmente, Mª Ángeles Lázaro Guil prepara su tercera exposición, que desearía también presentar en Santa Fé por la impresión que en ella ha causado la sala. Este futuro trabajo, que se inició como Rompecabezas, obra que marca una nueva etapa, le siguen: Cascada y Ojos. Destacando entre todas ellas, destaca La voluntad, el poder y la fuerza, simbolizado con tres manos, simbolizando con tres manos: la voluntad, una mano joven, bondadosa y, la fuerza, una mano vieja, bruta y sin acabar en el lienzo, pues la fuerza para ella es rústica e injustificable socialmente.
Reflexión sobre la última etapa
"Esta última etapa", según la pintora, "será un periodo en el que intentaré transformar las leyes de la evolución, sin romper ni destrozar, separando los elementos que más se identifiquen con mis vivencias. Por eso, su cuadro Ojos es comunicación clara y sincera."
Transcrito por: Rafa Varón García (2025).
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